miércoles, 22 de mayo de 2013

DÍA DE LA AFROCOLOMBIANIDAD


Hoy 21 de mayo, es una fecha especial para hacer memoria con respecto a la llegada de los hombres y mujeres de raza negra a nuestra querida América. 



Por esto en Colombia, hablamos de la AFROCOLOMBIANIDAD, aunque en realidad hablan de afrobrasileños, afroperuanos, afro venezolanos, afro ecuatorianos, afronorteamericano entre otros.
En realidad el reconocimiento auténtico a la presencia de los hombres de raza negra incluye mirar todo el continente. ¿Cómo es que pueblos originariamente indios como Haití, Jamaica y Cuba estén habitados por sólo negros? Son infinitas las inquietudes, pero tristes sus respuestas. 

La llegada de los negros a América está plagada de la amargura y el sin sabor que produjo el abuso de algunos países poderosos de Europa que debieron ver el rostro humano del Continente Africano y no la tierra salvaje llena de bestias y seres inferiores, como se les llegó a considerar. En pleno siglo XVII, cuando ya los indios se habían disminuido en número gracias al exterminio causado por el Imperio Español, a los comerciantes Ingleses se les ocurrió mano de obra gratis, la de los hombres y mujeres de África, la fuerza física que el atributo principal que se convirtió en el objeto de comercio, el cual al ser traído desde las costas occidentales de África (Nueva Guinea, Senegal, Ghana) era intercambiado en América por materias primas que llegaban a los puertos más importantes de las Europa pujante del siglo XVII, cuando llegaban las mercancías allí partían los barcos a las costas africanas para indicar de nuevo el famoso triángulo negrero. 




El triángulo, la figura geométrica maldita para los africanos, o mejor, los afroamericanos. Enmarcan el acto salvaje de los europeos que en pleno mar los arrojaban a las aguas, a las fauces de los tiburones con el fin de disminuir el peso de los barcos. 

La barbarie de la que los Europeos acusaron a indios y negros la practicaron ellos creyéndose civilizados y dueños del mundo. 

Podría durar toda una vida describiendo barbaridades en contra de los negros, pero basta con resumir que hoy en pleno Río de Janeiro en Brasil, un afrobrasilero Moira con nostalgia el Atlántico, añorando la tierra de donde sus abuelos fueron sacados a la fuerza, encadenados y maltratados por el látigo del capataz, el cual repetía “Negro escucha por la espalda”, mientras le golpeaba. 




En nuestra amada Colombia muchos hombres y mujeres de raza negra han buscado a lo largo de los siglos la naturaleza más similar a la de África, y en las costas del Atlántico y el Pacífico han encontrado ese nuevo hogar, el espacio de reminiscencia, de esa tierra que quedó atrás. El dolor de estos hombres por su destierro aún perdura cuando en nuestra misma patria despreciamos a estos hermanos por su color de piel. Vivir en la inclusión, el respeto y la convivencia con estos hombres y mujeres de color implica estudiar su historia, reconocer sus dolores y compartir la vida junto a ellos, quienes vinieron desde hace 400 años a estas tierras a enriquecernos con su cultura, sus creencias. 

Para terminar quisiera decir que la diversidad enriquece, que la variedad de colores y formas en la piel, son la representación de la creatividad divina. 

Mil gracias, espero que estas palabras no pasen en vano.


Jeysonn Lara
Educador de Filosofía

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