Cuando llega la Pascua los cristianos
nos saludamos diciéndonos:¡Felices Pascuas! y es que estamos alegres, tenemos
esperanza, gozamos por la Vida que se nos da. Sentimos que con la resurrección
de Jesucristo ha amanecido un día nuevo, el día de la victoria del amor de Dios
sobre el pecado y la muerte. Jesús vive, ha vencido el pecado, el sufrimiento y
la muerte y nos ofrece su amistad, su cercanía, su misericordia.
Sí,
estamos alegres y nuestra alegría es
inmensa, distinta y mayor que todas las demás alegrías que conocemos. Dios
nuestro Padre ha resucitado a Jesús, su Hijo Amado y también nos da la vida a
nosotros, porque al resucitar Él, con Él
podemos también resucitar nosotros. Y esta noticia, esta certeza es lo mejor
que nos ha podido pasar en la vida y lo mejor que podemos comunicar a los
demás. Dar vida, esperanza, alegría, confianza, eso es vivir como resucitados.
En
este año de la fe, este es nuestro desafío, abrir el corazón, para volverlo
valiente, abierto y comprometido; un corazón en el que habita la ternura de
Dios; un corazón que ama y busca la verdad, que siembra esperanza y que sabe
vivir, con Jesús, la cruz del dolor que trae el comprometerse a luchar por la
justicia y la paz del Reino de Dios. Y esta es también la invitación que Jesús
nos hace, que vivamos a su estilo: como resucitados.
Feliz
Pascua de Resurrección para todos y cada uno de ustedes y sus familias”.
Hna. Clemencia Carrizosa
Jefe de Pastoral.
Jefe de Pastoral.
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